ECONOMIA

El nuevo capitalismo



Dominique Plihon (2003). El nuevo capitalismo, Siglo XXI, México. p. 141.







El “gobierno” del nuevo capitalismo mundializado ha favorecido principalmente a tres grupos de protagonistas que mantienen entre ellos lazos de estrecha convivencia: los grandes protagonistas industriales, bancarios y financieros internacionales, que han adquirido una posición dominante. (Plihon 2003: 120).





1.- TEMA CENTRAL



El capitalismo no ha dejado de evolucionar desde el siglo XIX. Hoy en día se transforma bajo el efecto de dos grandes fuerzas: la globalización financiera y las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.



El surgimiento de un nuevo capitalismo consagra la dominación de los accionistas y de los fondos de inversión sobre los administradores y los asalariados. El creciente dominio de las finanzas internacionales sobre la economía, la primacía de los mercados y de los intereses privados no pueden menos que fragilizar al asalariado tradicional y generar nuevas tensiones. El autor se entrega a la tarea de evaluar las transformaciones que tienen lugar, y propone formas de regulación que ponen la economía al servicio del hombre. (Plihon 2003: Contraportada).



2.- OBJETIVOS



El objetivo de la lectura es mostrarnos el surgimiento de un nuevo capitalismo mundializado bajo el efecto de dos grandes fuerzas; las nuevas tecnologías y la globalización financiera, en cuyo periodo actual significa la transición hacia una nueva etapa, la cual se caracteriza por el dominio de las finanzas y el saber.



3.- ESTRUCTURA DE LA LECTURA:



En la primera parte (del libro) se dan a conocer los dos grandes motores de esa magna transformación (del capitalismo). Por una parte, las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (NTIC), las cuales, obedeciendo a las leyes particulares, causan profundos trastornos en las empresas, en la sociedad y en la economía mundial. Por otra parte, el proceso de globalización financiera, el cual se ha acelerado intensamente como consecuencia de las decisiones políticas inspiradas en la ideología neoliberal, otorgando así primacía del mercado mundializado y a la lógica de la rentabilidad financiera.



En la segunda parte del libro se sustenta que los cambios que actualmente tienen lugar en la economía mundial alcanzan una profundidad y rebasan las mutaciones, de naturaleza esencialmente tecnológica, que han sido anunciadas por los teóricos de la “nueva economía”. Un capitalismo, que ha sido bautizado como “capitalismo accionario”, se instaura progresivamente, comenzando por los países anglosajones. Los accionistas, y principalmente los inversionistas institucionales en quienes se centra la gestión de las carteras de acciones, son sus protagonistas principales. Son ellos quienes les imponen nuevas reglas a las empresas: “el gobierno de empresa” y la maximización del “valor accionario”. (Plihon 2003: 8-9). (las negritas son del autor de la síntesis).



Así, tenemos dos grandes apartados, por un lado las fuerzas transformadoras del capitalismo y por la otra el capitalismo accionario, nueva etapa del capitalismo.



En la primera sección se habla de las características de la tercera revolución industrial y las relaciones laborales y de bienes y servicios y de la globalización financiera y del apartado ¿Y después que?. Analicemos la primera.



A las nuevas tecnologías les conciernen tres dominios: la telefonía, lo audiovisual y la informática. (Plihon 2003: 14).



Con ello las nuevas tecnologías:



*Permiten aumentar la eficacia… y el intercambio de información,

*Favorecen la formación y el crecimiento de nuevas industrias (multimedia, sofware comercio electrónico);

*Impulsan la adopción de modelos organizacionales originales cuyo objetivo se cifra en mejorar la explotación de las nuevas posibilidades de producción y la distribución de la información. (Plihon 2003: 16).



Y dicho progreso de las NTIC obedece a leyes de aceleración como las siguientes:



*La “ley de Moore” para las computadoras (su capacidad se duplica cada 18 meses a precio constante.

*La “ley de Amdahl” que es equivalente de la ley anterior para los progresos realizados en teletransmisión.

*La “ley de Mefcalfe” para el ascenso al poder de redes (su atractivo crece al ritmo del cuadrado del número de usuarios). (Plihon 2003: 16).



Con lo anterior, las nuevas tecnologías la frontera existente entre bienes y servicios tiende a esfumarse. Se da el surgimiento de la “economía inmaterial” en la que la relación central es aquella que se establece entre el hombre, la idea y las imágenes. El valor de los bienes reside menos en sus propiedades físicas que en su capacidad para brindar acceso a las prestaciones inmateriales.



Por lo que respecta a la empresa, la coordinación llega a ser más horizontal que vertical; el organigrama se asemeja menos a una pirámide que a una red, y así se desarrollan las “empresas-redes”.



El desarrollo de la “conectividad” de las empresas, que constituye el campo fundamental de la aplicación de las NTIC, les permite establecer relaciones directas con otras empresas. (Plihon 2003: 19).



Las nuevas empresas tienden a evolucionar hacia una lógica de la “división cognitiva del trabajo” a valorar destinadas a valorar su capital intelectual. Las NTIC desempeñan esta actividad central en esta carrera, a saber: ellas son una poderosa herramienta de vigía tecnológica y de gestión de los conocimientos acumulados en la empresa. (Plihon 2003: 20).



Así, el ascenso al poder de esos grandes grupos refuta la hipótesis de la atomicidad.



En este nuevo orden industrial, las dos fuentes de eficacia de las empresas son la creatividad técnica y el saber comercial.



El empleo se concentra en las tareas de concepción destinadas a definir nuevos productos y técnicas de producción competitivas, y, por la otra, en las tareas de distribución, cuyo papel fundamental consiste en garantizar la interfase con el cliente para determinar las necesidades específicas de este mundo. (Plihon 2003: 20).



Por eso, en los años setenta, el capital inmaterial e intelectual se ha duplicado en relación con el capital tangible, dado que:



Los bienes y servicios pueden reproducirse con un costo casi nulo; es el caso del “fotopillaje” de los libros o de la piratería de la música en Internet…el bienestar de la sociedad se maximiza cuando los usuarios tienen la posibilidad de pagar los bienes y servicios al costo marginal de estos, es decir, al costo de la unidad producida…los bienes y servicios deberían cederse casi gratuitamente debido a que su costo marginal es prácticamente nulo; en efecto…la mayoría de los costos es fija. (Plihon 2003: 24).



El segundo apartado se refiere a las finanzas que se encuentran en el origen de las recientes transformaciones de la economía. Con la reaparición de las políticas neoliberales,



El lugar de las finanzas en la economía mundial ha cambiado de igual manera. En el pasado, la función del sistema financiero consistía en garantizar el financiamiento del mercado mundial y de la balanza de pagos. Ahora siguen su propia lógica, la cual sólo tiene una relación indirecta con el financiamiento de canjes y de las inversiones de la economía mundial. (Plihon 2003: 38).



Este excedente de ahorro generado por los particulares, es absorbido por las grandes empresas a través de los fondos de pensión, los fondos mutualistas o sociedades de inversión y compañías aseguradoras, sin embargo, estos ahorros no son canalizados mayoritariamente a las empresas productivas o a los países en vías de desarrollo, sino a la especulación.



En el tercer apartado, surgen las interrogantes y las contradicciones como la paradoja de Solow en la realidad norteamericana.



“Nos encontramos por doquier con las computadoras, excepto en las estadísticas”, explicada como las ganancias de la productividad le conciernen a las empresas productoras de las NTIC, y en bastante menor medida en los sectores que las utilizan, en los cuales el peso en la economía es, por mucho, más importante. Por eso las llamadas acciones tecnológicas han perdido más de la mitad de su valor en los Estados Unidos.



En la segunda parte del libro, aparece lo que el autor ha denominado capitalismo accionario, que surge de la caída del modelo fondista que es el resultado de la desestabilización del Sistema Monetario Internacional (SMI).



“El capitalismo accionario”, en el que las finanzas de mercado desempeñan un papel central, y cuyo núcleo lo constituye la creación de riqueza financiera por parte de las empresas. (Plihon 2003: 68).



El mercado de las acciones ocupa un lugar central, y desempeña un lugar central, y desempeña un triple papel en el capitalismo accionario: contribuye simultáneamente al financiamiento de las empresas, a su evaluación (orientación de las acciones) y a sus reestructuraciones, utilizando entonces sus acciones como monedad de cambio. (Plihon 2003: 68).



Como sabemos el interés de los accionistas reside en el rendimiento de sus títulos, por eso, el objetivo de los administradores se cifra en crear valores accionarios, es decir, generar plusvalía en las acciones de las empresas, por ello recurren entre otras cosas a:



a) Las fusiones-adquisiciones se presentan a menudo como un medio para crear valor accionario a partir de la explotación de las sinergias de los establecimientos fusionados y realizando economías a escala.

b) El recentramiento en los oficios básicos de la empresa y;

c) El re-engineering de las cadenas de valor. (Plihon 2003: 81-82).



La tercera parte denominada la transformación de las relaciones sociales, el hincapié esta en la transformación del modo de producción capitalista, a partir defines del siglo XX, implica la formación progresiva de estructuras sociales y de nuevas desigualdades, tanto en el mundo laboral, desigualdad.



Las transformaciones de los modos de producción y de consumo han tenido como consecuencia el estallido de las relaciones salariales y la puesta en entredicho de modelo de empleo estándar…la competencia se basa sobre todo en la calidad y la innovación, lo que implica una mayor diferenciación de los contratos de trabajo y de la individualización de los salarios. (Plihon 2003: 96).



En la tercera parte, llamada la regulación del nuevo capitalismo mundializado, el acento se pone en las graves contradicciones del capitalismo. Por lo que para ser eficaz, el capitalismo se debe apuntarse en tres engranajes principales:



a) la hegemonía del capital financiero y las finanzas internacionales.

b) El dominio de la lógica mercantil.

c) El proceso de mundialización desigual. (Plihon 2003: 109).



Por lo que concluye:



Ahí donde el capitalismo contemporáneo subordine las decisiones económicas al objetivo único de la rentabilidad financiera, el desarrollo sustentable procura reunir los tres criterios que son la justicia social, la prudencia ecológica y la eficacia económica. (Plihon 2003: 118).



En la última parte, el autor concluye su exposición con sus aportaciones, entre las que destacan:



Construir una mundialización que se inspire en los principios del desarrollo sustentable volviendo la supremacía de lo político sobre lo económico.

Mientras no existan instituciones políticas supranacionales, el Estado nacional democrático seguirá siendo el protagonista central del gobierno mundial.

Conviene crear un marco político global que permita definir, sobre bases democráticas y acordadas, las políticas públicas a escala internacional.

Las organizaciones internacionales enfocadas en lo económico…deberán reformarse a profundidad, con objeto de dejar de comportarse como meros relevos de los poderes dominantes, sean estos públicos o privados.

Subordinar los intereses comerciales y financieros a los derechos fundamentales de los ciudadanos.

El derecho a la vida, sobre el derecho a la propiedad intelectual y de las patentes que protegen a los intereses privados. (Plihon 2003: 120-124).






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